Vivimos en un tiempo en el que las voces del mundo están más cerca que nunca. Basta con abrir una red social para ser bombardeados con mensajes que parecen inofensivos, pero que lentamente moldean nuestro corazón.
Estamos rodeados de opiniones: sobre lo que está bien o mal, sobre cómo vivir, e incluso sobre la misma Biblia. Al final, tanta información nos deja confundidos, sobrecargados y con un corazón lleno de dudas, olvidando cuál es la verdad.
Recuerdo una mañana en la que estaba leyendo un artículo de salud. Según el texto, debía seguir ciertos pasos para no enfermar. De pronto, sentí cómo la ansiedad empezaba a llenar mi corazón. Fue entonces que me hice está pregunta: “¿Por qué dejó que un artículo en internet pese más que la verdad de Dios?”
La Palabra nos dice en Colosenses 2:8 (NVI): “Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que está de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.”
Muchas de las cosas que escuchamos o leemos cada día son, en realidad, filosofías vacías. Sin darnos cuenta, dejamos que teorías humanas nos moldeen y llenen nuestra mente de temor, duda y ansiedad. Y cuando crees esas mentiras, la opinión del mundo empieza a teñir la verdad de Dios en tu corazón.
👉 Por eso, Colosenses 2:8 es claro: no te dejes cautivar por lo que no viene de Cristo.
