Hay muchos caminos posibles en este mundo y cada cual elige el que quiere tomar.
Elegir el camino a tomar es muy serio e importante pues tu futuro depende de ello. Las personas sabias evalúan bien los riesgos y ventajas de cada camino y el destino al que llevan. Hay caminos que parecen rectos y buenos pero que acaban muy mal.
Algunos se guían por corazonadas, por como se sienten en el momento y sin pensarlo mucho toman decisiones rápidas. Unas veces aciertan pero en la mayoría de los casos lo lamentan después y se dicen: “si lo hubiera sabido antes no habría venido por aquí”. La Biblia advierte que el corazón del hombre es engañoso y perverso. (Jeremías 17:9), por tanto, dejarse llevar solo por los sentimientos no es acertado.
Otros buscan consejo en otras personas antes de tomar el camino. “¿Sabes qué me camino me conviene mas?”, preguntan, y se dejan guiar e influenciar por el corazón y las opiniones de otros. Esto también ocurre a gran escala. Medios de comunicación, noticieros, propaganda política, publicidad comercial, redes sociales etc, nos indican el camino a seguir y nos conforman a una manera de pensar. Pero todos estos caminos que nos ofrecen son soluciones humanas y por tanto a la luz de la Palabra son nacidas de corazones engañosos y perversos.
Pero hay unos pocos que confiaron en Dios y siguieron a Jesús. El corazón de Jesús no es engañoso, sino veraz. Es puro, manso, humilde y confiable. Jesús se revela a nosotros como el único camino y la verdad que lleva a la vida eterna. Su camino es duro a veces pero dulce y glorioso, y cuando le seguimos, él está siempre fiel a nuestro lado acompañándonos hasta el final.
Sigue a Jesús, él ES EL CAMINO. Aquellos que confían en los hombres y se apartan de Dios, dice el profeta Jeremías inspirado por el Espíritu de Dios, son malditos y se secarán como la retama del desierto, sin embargo, los que confían en Dios y siguen a Jesús, serán como árboles plantados junto a corrientes de aguas, con hermosas hojas verdes y llenos de fruto. ¿Serás tú uno de estos?