Semillas que dan fruto
Las lluvias hacen brotar semillas incluso en lugares difíciles, recordándonos que debemos sembrar el evangelio con fe. Así como Jesús dio su vida para dar fruto, nosotros también somos llamados a morir a nosotros mismos para crecer espiritualmente. Al hacerlo, daremos fruto que glorifica a Dios y vida eterna para otros.