Recibe aliento
El Génesis narra cómo Dios creó el cielo, la tierra y toda criatura, formando al hombre a su imagen y semejanza con aliento divino que le da vida. Este aliento simboliza tanto el aire como el Espíritu Santo que renueva nuestras fuerzas cada día. En un mundo difícil, el Espíritu Santo nos alienta para continuar el camino y no desmayar. Siguiendo el ejemplo de Pablo, debemos animarnos mutuamente con palabras de esperanza y valor, confiando en la recompensa prometida por el Señor
