“Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.» 2 Corintios 10:5
Cuando pienso en todos los argumentos que acumulamos en nosotros mismos, me abruman.
Siempre tenemos excusas para tratar de imponer lo que nosotros pensamos y como los demás deberían actuar (según nuestro criterio). Sin embargo la palabra liga argumento a altivez, y la consecuencia es que estos se levantan contra el conocimiento de Dios, esto es de lo que dice Su Palabra.
La «altivez» son esos pensamientos orgullosos que nos hacen creer que tenemos razón, que podemos vivir según nuestra propia sabiduría.
Estas ideas brotan de nuestro propio corazón. Por eso, se nos llama a «llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo«, es decir, tomar el control de nuestra mente y alinearla a la voluntad de Cristo.
Ser humildes, pedir perdón, perdonar, y obedecer a Dios y su palabra, son las mejores armas que podemos usar para derribar esos argumentos y fortalezas que se levantan en medio de nosotros y nos impiden ver lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.