Oír y Obedecer

Juan 10:27-28 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano"
Conchi Garcia, 25 de Mayo de 2025

Sabías que las ovejas reconocen la voz de su pastor y lo siguen? Aunque no tienen gran inteligencia ni una vista aguda, su capacidad de obedecer a quien las cuida es lo que las mantiene a salvo. ¡Qué imagen tan poderosa para nuestra vida espiritual!

Nosotros también tenemos un Pastor que nos habla, pero a diferencia de las ovejas, muchas veces luchamos con la obediencia.

En un mundo que valora hacer lo que uno quiere, obedecer a Dios puede parecer anticuado y difícil. Pero Jesús lo deja claro: hay bendición en escuchar y obedecer. Jesús dijo: “Dichosos más bien, contestó Jesús, los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.” (Lucas 11:28, NVI)

Obedecer no siempre es fácil. A veces nuestras emociones, las circunstancias o incluso nuestras dudas nos empujan a hacer lo contrario. Pero cada vez que elegimos seguir la voz de Dios, abrimos la puerta a Su bendición, a Su paz, a Su dirección y a Su protección.

Escuchar Su palabra y ponerla por obra es una respuesta amorosa al Dios que nos amó primero. Cuando lo hacemos, nuestra vida comienza a alinearse con el cielo. Y en esa alineación, comienzan a brotar frutos de gozo, sabiduría, provisión y favor.

No se trata de perfección, sino de vivir una vida rendida cada día, de tener un corazón dispuesto, sensible a Su voz y decidido a seguirla.

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